Logo
Imprimir esta página
14 Dic

LA GRANJA DEL HORROR

Si había otra prueba de la ineptitud e incapacidad de Juan Manuel Casolati para llevar adelante los proyectos, ya en marcha, de la Fundación Felices los Niños, el hundimiento del “Proyecto Granja” lo demuestra todo.

Hace tres años que funciona al lado de la escuela secundaria Madre Teresa de Calcuta, casi sobre Gorriti, una inmensa granja que contaba con 50 cabras y 80 patos negros donados por el Zoológico de Buenos Aires. Se sumaban a este importante aporte 15 ovejas, algunos patos, nutrias, gallinas ponedoras y conejos.

Apenas asumió la intervención, la Dra. Natalia Gambaro hizo pie juntillas a todo cuanto Casolati le indicó. Una de las medidas más inoportunas e improvisadas fue la de trasladar, sin proyecto, sin infraestructura y sin personal a cargo, a todos los animales de la granja a 300 metros al fondo de la fundación, en un lugar totalmente oscuro y con unos frágiles alambres circundándolos. Allí fueron las cabras con sus cabritos recién nacidos, patos, conejos, ovejas, gallinas y chanchos (las nutrias ya habían desaparecido). Pusieron a cargo de la granja a un joven egresado de la fundación que le dedicaba muy poco tiempo al cuidado de los animales y sus problemas de vista le impedían visualizar detalles, más aún al anochecer. Los animales estaban mal alimentados, sin agua y no se los sacaba a pastar, labor que solía hacer Lucía Bobadilla cuando estaba a cargo de ellos. También los perros, que sin control ingresan a la fundación, tienen hambre ya que no hay restos de carne por la mala alimentación que están recibiendo los chicos.

Ante el horror de los niños, los chanchos comenzaron a comerse a los pollitos y a los patitos bebés, a los cuales Marcelo Grinóvero puso a criarse juntos. Éste acto negligente e ignorante lo cometió con todos los animales de la granja, ya que los perros pudieron ingresar a través del frágil alambrado y día a día fueron matando: a los cabritos como primer plato, a las ovejas como segundo y para terminar a casi todas las cabras.

El profesor Darío de la escuela especial optó por no llevar más a los niños a hacer actividades en la granja ya que cada mañana se encontraba con el tendal de animales descuartizados, charcos de sangre y los chanchos masticando vivos a los pobres polluelos o luciendo plumas pegadas en el hocico. Por doquier se veían cabras, patos y ovejas agonizando con gemidos y gritos terroríficos. Para terminar, los chanchos atacaron a los patos y a las gallinas.

Un vecino que había criado una oveja desde pequeña, a la que llamaba Manuela, la donó a la fundación para que formara parte del grupo de ovinos que los chicos criaban. El hombre fue un día a visitar a su mascota, como lo hacía frecuentemente, y al no encontrarla en el resto que quedaba de la granja, comenzó a gritar su nombre desesperadamente por el bosque, a lo que la oveja respondió con un balido. La encontró cerca de la capilla tirada debajo de un árbol sin una de sus patas delanteras y con una mordida que sangraba mucho en su panza. La levantó  en sus brazos como pudo y entre gritos y llantos la subió a su camioneta y se la llevó. Nada más se supo acerca de éste pobre animal.

Por otra parte, los chanchos terminaron de comerse a todas las aves de corral.

El saldo final del “Proyecto Granja” y de la idea genial de Casolati-Gambaro & Grinóvero de mandar a los animales al fondo del terreno fue el de una mini granja en la que quedaron los chanchos, una cabra y una oveja (al menos hasta el momento en que estamos escribiendo la nota).

El maltrato animal terminó siendo el peor de los ejemplos dado a los chicos. En la fundación siempre se crió animales y nunca se los carneó, para evitar escenas de sangre y que los chicos no se traumaran.

Ésta situación también demuestra que quienes se han apoderado de la fundación no entienden nada de educación, hacen las cosas para los medios y buscan un espacio de poder con fines que sospechamos pero que aún no tenemos claros. Lo claro es que han infringido la Ley Sarmiento que condena al maltrato animal.

¿Será justicia?

All rights reserved.